El colectivo feminista “Abogadas en el Estado de Querétaro, ColecFem”, me invitó a su Segunda Asamblea Conmemorativa, que se llevó a cabo el 12 de mayo de 2025, en el Aula Forense de la Universidad Autónoma de Querétaro.
Me pidieron dirigir un mensaje a las jóvenes abogadas, sobre el trabajo transgeneracional como clave para la igualdad y de ahí surgió mi idea de escribir una nueva entrada para mi blog.
La desigualdad de género no es un fenómeno reciente. Tampoco puede explicarse como un problema individual ni momentáneo. Se trata de un entramado de normas, mandatos, exclusiones y violencias que se han transmitido de generación en generación, condicionando el presente de muchas mujeres y proyectando sus efectos hacia el futuro. Desde esta mirada, el enfoque transgeneracional con perspectiva de género se presenta como una herramienta teórica y práctica indispensable para comprender y combatir las causas estructurales de la desigualdad.
El enfoque transgeneracional para lograr la igualdad de las mujeres, parte de reconocer que la desigualdad de género no es un fenómeno aislado ni actual, sino el resultado de patrones históricos, culturales y familiares que se transmiten de generación en generación. Para revertir esa herencia estructural, es necesario intervenir en los ciclos que perpetúan la discriminación, tanto desde el ámbito jurídico, como educativo y social.
Herencias que pesan: desigualdad histórica y estructural
Durante siglos, a las mujeres se les negó el acceso a la educación, la participación política, la independencia económica y la libertad sobre sus propios cuerpos. Aunque hoy las leyes reconocen la igualdad formal, persisten formas profundas de exclusión que tienen raíces históricas, culturales y familiares. Estas formas de desigualdad son transgeneracionales: se transmiten a través de los discursos, los silencios, los modelos familiares y las oportunidades negadas.
🔍 ¿Qué es el enfoque transgeneracional?
El concepto “transgeneracional” se refiere a la transmisión de patrones emocionales, culturales, sociales y simbólicos entre generaciones, y ha sido ampliamente trabajado en el ámbito de la psicología, la sociología y más recientemente, en los estudios de género y derechos humanos (Kellermann, 2001; Volpato, 2011).
Cuando se aplica al análisis de la desigualdad de género, este enfoque permite entender cómo las mujeres han heredado no solo roles socialmente impuestos, sino también consecuencias materiales e inmateriales de una historia estructuralmente desigual. Como señala Rita Laura Segato, “el patriarcado no se impone de una vez y para siempre, sino que se reproduce en la vida cotidiana y en la transmisión cultural intergeneracional” (Segato, 2016).
🎯 ¿Qué implica un enfoque transgeneracional con perspectiva de género?
- Reconocer las cadenas de desigualdad heredadas.
- Las mujeres suelen cargar con roles y expectativas tradicionales transmitidos por sus madres, abuelas o figuras sociales (cuidado, sumisión, dependencia).
- La violencia de género y la desigualdad educativa, laboral o política no comienzan en una generación, sino que se reproducen si no se rompen esos patrones.
- Analizar los efectos del trauma colectivo o estructural.
- La pobreza, la violencia doméstica, la exclusión educativa o la falta de acceso a servicios afectan no solo a una mujer, sino a sus hijas y nietas.
- En contextos de violencia feminicida o impunidad, hay efectos emocionales, sociales y jurídicos transgeneracionales que impactan a las familias de las víctimas.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha reconocido en diversas sentencias (como en Caso Radilla Pacheco vs. México) los efectos del daño transgeneracional, particularmente en contextos de desaparición forzada o violencia institucional, afectando el desarrollo emocional, económico y social de las generaciones siguientes.
- Promover políticas de equidad con visión histórica y de largo plazo.
- La igualdad no puede lograrse solo con leyes de protección actuales, sino atendiendo los efectos acumulados de generaciones de exclusión.
- Ejemplo: garantizar acceso preferente a educación, empleo o vivienda para mujeres de comunidades marginadas donde hay una herencia de subordinación femenina.
- Las políticas públicas y educativas deben tener una mirada intergeneracional, que no solo repare el daño actual, sino que prevenga su repetición futura.
- Educar para romper patrones.
- La escuela, la familia y los medios deben fomentar nuevas narrativas de género que corten con los mandatos heredados.
- Trabajar en educación emocional, autoestima, autonomía económica y liderazgo femenino desde la infancia, ayuda a cambiar la trayectoria de futuras generaciones.
- Aplicar este enfoque en el ámbito educativo significa enseñar desde la igualdad, pero también para romper ciclos. Significa empoderar a niñas, adolescentes y mujeres jóvenes no solo con conocimiento, sino con conciencia crítica y nuevas formas de habitar su identidad.
- Desde el ámbito jurídico, implica reconocer que la violencia y la impunidad no solo dañan a las víctimas directas, sino también a sus hijas e hijos, a su comunidad y a la memoria social.
- Memoria y justicia de género.
- Un enfoque transgeneracional implica también dar voz a la historia de las mujeres silenciadas: las que no pudieron votar, estudiar, decidir, denunciar.
- La memoria feminista es un acto de justicia simbólica que reconoce a las generaciones pasadas como parte de la transformación.
- La igualdad de las mujeres no es solo una meta para hoy, sino un compromiso con las que vienen.
Garantizar derechos con enfoque transgeneracional no solo protege a una mujer, sino que previene que su hija y su nieta vivan la misma exclusión. De eso se trata la verdadera transformación.
Como ha advertido la antropóloga feminista Marcela Lagarde, “las mujeres no nacen subordinadas, sino que son educadas en la subordinación, generación tras generación” (Lagarde, 2005). Romper ese patrón requiere reconocer su dimensión histórica y estructural.
🟣 Conclusión:
El enfoque transgeneracional con perspectiva de género no solo busca igualdad para las mujeres de hoy, sino también garantizar que las próximas generaciones no vivan las mismas formas de discriminación. Es una herramienta para desmantelar estructuras patriarcales que se han naturalizado con el tiempo. Siempre he dicho que el cambio generacional es el que puede ir modificando la desigualdad, pero debemos reconocer las razones del pasado, trabajar con las mujeres del presente, para cuidar a las mujeres del futuro.
📌 Referencias bibliográficas
- Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Radilla Pacheco vs. México. Sentencia de 23 de noviembre de 2009.
- Kellermann, N. P. (2001). Transmission of Holocaust trauma — An integrative view. Psychiatry, 64(3), 256–267.
- Lagarde, M. (2005). Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas. UNAM.
- Segato, R. L. (2016). La guerra contra las mujeres. Traficantes de Sueños.
- Volpato, C. (2011). Psicología del testigo y memoria colectiva. Ediciones Paidós.